sábado, 27 de junio de 2015

Publicidad. Material de ELE






Sonido: Música que simule misterio, suspense, intriga...
(tono íntimo, rotundo, perseverante)
Locutor : Entre nosotros y tú...puede estar tu futuro
Sonido: Música Corporativa

(tono corporativo, formal, convincente)

1. Continua tú con el anuncio. Imagina cómo sigue el locutor. ¿De qué es? ¿Qué publicita? ¿Cuáles son las características?

Locutor :
Locutor :
Locutor :

Sonido: Cierre

Te dejamos el original para que lo oigas y compares:


2. Con tu compañer@, diseña un anuncio y preséntalo a la clase en el formato que elijáis. ¡Todo vale!

domingo, 21 de junio de 2015

sábado, 20 de junio de 2015

De las palabras al texto. ELE C2

Cuando leemos un texto por primera vez, nos entra una "ansiedad lingüística" por comprender todo en la primera lectura. Hay muchos modos de enfrentarse a un artículo. Te propongo éste. Lee las palabras o grupo de palabras y piensa de qué va el texto. Escribe algunas ideas, sueltas; no necesitas entrelazarlas. Después coméntalas con alguien y más tarde lee el artículo. Finalmente, haz tu reflexión: ¿Necesitamos entender absolutamente todo lo que aparece en un fragmento, texto, artículo, noticias, etc, oral y escrito?...Ya me dices.
  • foguearme
  • abrumado por
  • un viejo zorro de redacción 
  • mecherito en alto 
  • son barajadas por los canallas
  • mansedumbre
  • procurar munición al padrino 
  • se topa con
  • una larga enfermedad histórica 
  • falta de respeto intelectual
  • borregos propicios 
  • esquilador astuto
  • un pugilato visceral del que está ausente
  • diálogos de sordos
  • clichés incluidos, de derecha e izquierda
  • la necesidad de encasillar
  • reconocer un mérito al adversario
  • sectarismos heredados
  • de dónde viene esa vileza
  • "conmigo o contra mí"
  • los redactores y reporteros de infantería
  • militancia a la redacción
  • haciéndolo atrincherarse allí donde las palabras reflexión y lucidez desaparecen por completo
  • se ha contaminado de ese ambiente enrarecido 
  • la autocensura
  • más atentas a notas de prensa de gabinetes que a patear el asfalto
  • pelear por la verdad, la independencia y la libertad de información pagando el precio del riesgo, en batallas que pueden perderse, pero que también se pueden ganar
  • la prensa independiente que mantiene a raya a los malvados y garantiza el futuro de los hombres libres

sábado, 13 de junio de 2015

Whatsapp: «Fulanita ha salido del grupo». ELE C1-C2






Lee el artículo y responde las preguntas que tienes al final.


Una de las abominaciones sociales de nuestra época son los grupos de WhatsApp. La nueva misantropía consiste en negarse a pertenecer a ninguno. El de la familia. El de los excursionistas a Gredos. El de papás del cole. El de barbacoa este domingo. El de cinéfilos. El de propietarios de una Norton. El de candidatos a acostarse con Bar Refaeli. El del club de tiro de pichón. El del club de lectura. Qué sé yo, hay tantos grupos de WhatsApp como interacciones sociales. Y, si uno abusa de su sentido de pertenencia, si siente pavor a la exclusión o a que le sean interrumpidos los flujos de información con la gente que compone su vida social, corre grave riesgo de no poder hacer otra cosa a lo largo del día que atender sus innumerables grupos de WhatsApp. Es como tener metidas en tu habitación, constantemente, a todas las personas que conoces manteniendo con todas ellas a la vez conversaciones paralelas. Para enloquecer. Yo me borré de los pocos grupos que me abdujeron cuando constaté, primero, que eran triviales. Y, segundo, que, al sentarme a escribir, era incapaz de avanzar dos renglones sin que me distrajera un temblor del móvil. Usted me dirá: pues apaga el móvil. Pero es que no puedo apagar el móvil, porque no estoy dispuesto a asumir el riesgo de que un hijo mío me necesite y yo no pueda enterarme porque tenía el móvil apagado para proteger mi atmósfera de trabajo de la grillera insufrible que son los grupos de WhatsApp. Me salí de todos los grupos y tuve la sensación liberadora de estar echando de casa a un montón de pelmazos que tendrían que haberse ido mucho antes.

Los grupos de WhatsApp tienen un problema añadido del que no fui consciente hasta que un amigo me habló de ello el otro día. Convengamos primero en que la ruptura de relaciones tiene ahora una prolongación en los grupos de WhatsApp. Alguien se enfada con alguien. Antes bastaba con mandarse mutuamente a la mierda y no volver a llamarse nunca más. Si uno quería manifestar su inquina con más vehemencia, podía incluso practicar el ritual de borrar del móvil el número de teléfono del antiguo amigo, devenido enemigo mortal. Como en una ceremonia vudú, como en una muerte alegórica, como clavándole una aguja al muñeco. A todo esto, ahora se agrega una ceremonia más: «Fulanito ha abandonado el grupo». Fulanito sale con cajas destempladas, como pegando un portazo, del grupo de WhatsApp. «¡Ahí os quedáis!». Y si no se va, puede improvisarse un tribunal que lo bloquee, lo cual no es agradable porque tiene algo de purga soviética o jacobina de quien antaño fue un camarada y ahora es pasado por la cuchilla.

A esto último iba, a un ejemplo específico. El amigo que me ha contado el problema pertenece a un grupo de WhatsApp compartido por muchos amigos; algunos de ellos, matrimonios. Allí hablan de planes para hacer todos juntos, pero también comparten anécdotas, se ríen de lo que les va pasando y, en general, se mantienen informados unos de las vidas de los otros. Uno de los matrimonios se separó no hace mucho. Ella se marchó a otro país y el que quedó como miembro del grupo de amistades, tanto en lo virtual como en lo real, fue él. Al cabo de un tiempo, comenzaron a apercibirse de un pequeño problema: ella se había marchado del país y de sus vidas, pero no del grupo de WhatsApp. Nunca apareció el rótulo: «Fulanita ha salido del grupo». Esa ruptura definitiva no se había producido. Pero tampoco decía nada ni interactuaba. Estaba ahí, sin más, como un submarino sumergido que usara su periscopio para espiar. Es decir, que ella no estaba dispuesta a cerrar esa ventanita abierta a la vida de su ex, para saber qué hace, con quién lo hace y qué información interesa al abogado. La situación es de bloqueo, porque en el grupo fueron amigos de ambos y no quieren tomar partido, por lo que no pueden expulsarla. Por supuesto, el ex ya ni escribe, por miedo a meter la pata. O sea que en lo real están separados y con todo resuelto. Pero en WhatsApp todavía no. Salgan de esos grupos, háganme caso.


TAREA:
1.- Señala las ideas principales del artículo.
2.- ¿Cuál es el “tono” literario del autor: informativo, de queja, de reclamación, de alegría, de agradecimiento, etc?
3.- ¿Tienes Whatsapp? ¿A cuántos grupos perteneces? ¿Te parece necesario?
4.- ¿Qué tienen en común las palabras y grupo de palabras en color?

miércoles, 10 de junio de 2015

SER y ESTAR C1-C2. Reflexión


Hace un tiempo escribía en el blog sobre la diferencia entre SER y ESTAR, es decir, acerca de dos conceptos universales en cualquier lengua: IDENTIFICAR y DESCRIBIR.

Cuando el estudiante de ELE ha comprendido a dar y comprender una información que identifique y/ o que describa , es interesante que compartamos textos, artículos, fragmentos, etc para, juntos, docente y estudiante, reflexionemos sobre ello.

Así lo he hecho y lo hago, dando muy buenos resultados. Esta vez la propuesta ha sido la entrada de un blog:





                    
 Concepto: Identificación/ Descripción

Artículo de reflexión: Ser mediocre/ Estar en la mediocridad

Quizá haya llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo. Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medidas urgentes o una huelga general. Reconocer que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel. Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre.  
Ningún país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente. Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan. Porque son de los nuestros. Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia.
Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente basura. Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un presidente que hablara inglés o tuviera mínimos conocimientos sobre política internacional. Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir incluso a las asociaciones de víctimas del terrorismo. Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo trece veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado. Mediocre es un país que no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.
Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro que sin embargo encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas. Es mediocre un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada -cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada. Un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que se insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.
Mediocre es un país que ha permitido, fomentado, celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.

http://davidjimenezblog.com/2012/02/28/el-triunfo-de-los-mediocres/