En nuestro trabajo, la rutina se presenta como el peor enemigo, la indiferencia como la sombra gris que empaña la luz progresiva y el rechazo a la innovación, se convierte en el sendero perfecto para un final trágico.
Buscar, participar, involucrarse, preguntar, investigar, estudiar...arriesguemos nuestra inteligencia a nuevos retos, seamos valientes y entremos cada día al aula con un atrevimiento nuevo, distinto, fundamentado y a la espera de excelentes resultados, sabiendo que nuestro último error se convierte en una lección más de aprendizaje.
Transformemos el modelo tradicional de clase donde el docente imparte una clase magistral en el aula y los alumnos realizan las actividades en casa, por otro significativamente distinto en el que el alumno aprende los contenidos fuera del aula y trabaja los procedimientos dentro del aula. Santiago Moll
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